Una infidelidad es una experiencia dolorosa que sacude la confianza, la seguridad emocional y el proyecto de vida compartido en una pareja. Cuando ocurre, surgen preguntas cargadas de angustia: ¿Se puede superar algo así? ¿Es posible volver a confiar? ¿Vale la pena intentarlo? La respuesta no es sencilla ni universal, pero la buena noticia es que, con voluntad, esfuerzo y, sobre todo, ayuda profesional adecuada, muchas parejas logran reconstruir su relación e incluso fortalecerla tras una crisis tan profunda.
Este artículo abordará con profundidad cómo se puede trabajar en terapia para afrontar, comprender y, eventualmente, superar una infidelidad. Exploraremos sus causas, sus efectos en cada miembro de la pareja, las etapas del proceso terapéutico y recomendaciones prácticas para quienes desean transformar esta crisis en una oportunidad de crecimiento.
Entendiendo la infidelidad: más allá de la traición
Una infidelidad no es solo un acto puntual de engaño, es un síntoma complejo que revela múltiples aspectos de la relación de pareja. Aunque tradicionalmente se interpreta como una traición moral o emocional, desde la perspectiva terapéutica se analiza como la manifestación de conflictos subyacentes que no han sido atendidos adecuadamente.
¿Por qué sucede la infidelidad?
Hay diversos factores que pueden contribuir a que se produzca una infidelidad:
-
Insatisfacción emocional: Una sensación persistente de distancia o desconexión afectiva puede hacer que uno de los miembros busque atención fuera del vínculo.
-
Problemas de comunicación: Las dificultades para expresar necesidades, deseos o frustraciones generan resentimientos acumulados, que eventualmente estallan en forma de una relación paralela.
-
Crisis personales o vitales: Momentos como la llegada de hijos, la pérdida del empleo, problemas económicos o una crisis existencial pueden motivar conductas impulsivas que busquen alivio en aventuras extramatrimoniales.
-
Búsqueda de validación externa: Personas con autoestima frágil pueden buscar constantemente aprobación y reconocimiento externo, encontrando en la infidelidad una aparente fuente de seguridad emocional.
Identificar y comprender estos factores es fundamental para enfocar correctamente la terapia y evitar caer en culpas simplistas que no solucionan el problema de fondo.
¿Cómo afecta la infidelidad a la pareja?
Una infidelidad tiene consecuencias profundas tanto para la persona engañada como para quien ha cometido la infidelidad. Ambos viven un duelo complejo por la relación que han perdido, o al menos la imagen idealizada de ella.
El impacto en la persona engañada
Quien descubre una infidelidad atraviesa un torbellino emocional: shock, ira, tristeza, inseguridad y vergüenza. A menudo experimenta una pérdida profunda de autoestima y autoconfianza, cuestionándose su valía personal o su atractivo físico y emocional.
Es frecuente que se desencadenen comportamientos de vigilancia, obsesiones por detalles o por la persona involucrada en la infidelidad, así como una profunda crisis de identidad. En terapia, se acompaña en la gestión de estas emociones intensas, promoviendo una recuperación gradual de la autoestima y la confianza en sí mismo.
El impacto en la persona infiel
Aunque pueda parecer paradójico, quien comete la infidelidad también atraviesa conflictos internos significativos: culpa, vergüenza, ansiedad y confusión. Algunas personas pueden experimentar alivio inmediato por haber roto una dinámica insostenible, pero rápidamente se ven inmersas en sentimientos encontrados y temores sobre la posible pérdida de su pareja o familia.
Es esencial que esta persona explore en terapia los motivos subyacentes a su comportamiento para prevenir futuras crisis, asumir la responsabilidad de sus actos, y aprender formas saludables de expresar necesidades emocionales y resolver conflictos.
¿Es posible perdonar una infidelidad?
Una de las preguntas más frecuentes en consulta es: "¿Puedo realmente perdonar?". Perdonar no significa olvidar, minimizar o justificar lo ocurrido. El perdón genuino es una decisión consciente de liberar al otro del peso constante del reproche, pero, sobre todo, liberar a uno mismo del sufrimiento y el resentimiento crónico.
Perdonar implica aceptar la realidad de lo ocurrido, vivir el dolor necesario para sanar y decidir activamente reconstruir o finalizar la relación desde una perspectiva más sana y madura. El terapeuta acompaña cuidadosamente este proceso, respetando tiempos individuales y evitando presiones para "perdonar rápido".
Las fases terapéuticas tras la infidelidad
Superar una infidelidad implica recorrer un camino que habitualmente pasa por etapas muy definidas:
1. Fase de crisis y contención emocional
En la primera etapa, el terapeuta ayuda a la pareja a gestionar la crisis inicial, proporcionando un espacio seguro donde expresar emociones de forma controlada. Es una etapa de escucha profunda, validación del dolor y normalización de las reacciones emocionales que acompañan la revelación de la infidelidad.
2. Fase de clarificación y comprensión profunda
Aquí, la pareja explora detalladamente lo ocurrido, los motivos subyacentes y cómo llegaron a esa situación. Es fundamental evitar caer en una dinámica acusatoria constante y orientarse hacia una comprensión genuina de lo ocurrido, analizando patrones de relación disfuncionales que deben modificarse.
3. Fase de reparación y reconstrucción
En esta fase, se trabaja la reconstrucción de la confianza mediante acciones concretas, consistentes y transparentes por parte de la persona que ha cometido la infidelidad. El terapeuta proporciona herramientas de comunicación efectiva, fomenta la transparencia y acompaña a la pareja en establecer nuevas bases sólidas para su relación.
4. Fase de crecimiento y fortalecimiento del vínculo
Si la pareja decide continuar junta, esta última fase se centra en consolidar los aprendizajes adquiridos y desarrollar una relación más auténtica, honesta y profunda. Se trabaja en mejorar la intimidad emocional, establecer límites claros y desarrollar una visión compartida del futuro.
Herramientas prácticas para superar una infidelidad
Más allá del proceso terapéutico, algunas herramientas específicas ayudan a superar con éxito esta crisis:
-
Comunicación asertiva: Aprender a expresar claramente emociones, necesidades y expectativas.
-
Transparencia controlada: Compartir información suficiente para recuperar la confianza sin invadir la privacidad personal.
-
Rutinas de cuidado mutuo: Dedicar tiempo a actividades conjuntas placenteras, que reconstruyan poco a poco la conexión afectiva.
-
Tiempo individual: Respetar espacios personales que permitan a cada miembro procesar emocionalmente lo ocurrido.
¿Y si no podemos seguir juntos?
No todas las parejas logran o desean superar una infidelidad juntos. La terapia también cumple un rol fundamental cuando se decide separarse, facilitando una separación consciente, pacífica y respetuosa. En estos casos, la terapia ayuda a cada miembro a elaborar el duelo de forma saludable, preservar una buena relación si hay hijos de por medio, y aprender de la experiencia para evitar repetir patrones negativos en el futuro.
¿Por qué acudir a terapia tras una infidelidad?
La terapia de pareja proporciona un entorno seguro y objetivo donde la pareja puede enfrentar la crisis con herramientas profesionales específicas. El acompañamiento terapéutico incrementa significativamente las posibilidades de superar la infidelidad y, en muchos casos, fortalece la relación a un nivel que nunca antes habían experimentado.
Transformando la crisis en oportunidad
Superar una infidelidad es posible, aunque no fácil. Requiere voluntad, valentía y compromiso por parte de ambos. Pero cuando se enfrenta adecuadamente, esta crisis puede convertirse en una oportunidad única para revisar, sanar y renovar profundamente la relación.
No todas las parejas pueden ni deben continuar tras una infidelidad, pero muchas encuentran en este proceso terapéutico una verdadera segunda oportunidad para amar de manera más madura, honesta y plena. Es ahí donde la terapia de pareja se convierte en una valiosa aliada para la felicidad emocional de ambos.
Porque, aunque dolorosa, una infidelidad no tiene por qué ser el final definitivo, sino quizás un nuevo comienzo, más consciente y auténtico, para ambos miembros de la pareja.
Autor: Psicólogo Ignacio Calvo