¿Qué es la depresión?

La depresión, en su esencia, se caracteriza por ser un trastorno del estado de ánimo. Es un padecimiento extremadamente común en la humanidad, afectando a aproximadamente una de cada cinco personas en algún momento de sus vidas.

Aunque en el lenguaje cotidiano, a menudo usamos el término "depresión" para describir sentimientos de tristeza, en el ámbito de la psicología y la psiquiatría, su uso se restringe a la descripción de un estado de ánimo patológico o anormal. Este estado es similar, pero distinto, a la tristeza común (la cual puede considerarse como un síntoma de la depresión), o a un conjunto de síntomas que tienden a manifestarse simultáneamente, incluyendo un estado de ánimo triste o depresivo como el elemento central (esto se conoce como síndrome depresivo).

Depresión y ansiedad

La ansiedad es otro síntoma comúnmente presente en los casos de depresión. Es importante no confundir ansiedad con depresión, ya que la ansiedad, también conocida como angustia, es una emoción universal que puede estar presente en la mayoría de las condiciones médicas y en todos los trastornos mentales. Todos experimentamos cierto nivel de ansiedad en ocasiones, pero se convierte en patológica cuando interfiere con el funcionamiento normal de una persona.

En los trastornos depresivos más graves, la ansiedad suele estar presente, y lo mismo ocurre en trastornos de ansiedad con la presencia de un estado de ánimo depresivo. Algunas personas experimentan un síndrome que combina ansiedad y depresión, conocido como depresión ansiosa.

Depresión y quejas somáticas

A veces, las personas que padecen depresión no son conscientes de su tristeza y en su lugar se quejan de síntomas físicos como dolores de cabeza, problemas digestivos, estreñimiento, etc. Esto se conoce como "depresión enmascarada" o "equivalente depresivo".

Depresión como reacción a situaciones estresantes

Dentro de los trastornos depresivos, existe un grupo que parece desencadenarse en respuesta a situaciones vitales consideradas estresantes por la persona afectada, como la pérdida de un ser querido, el divorcio, la separación, el retiro, el desempleo, entre otros. Estos se denominan trastornos adaptativos. Los trastornos adaptativos de tipo depresivo son los más comunes en las consultas de especialistas, aunque no suelen ser los más graves. Sin embargo, en algunos casos, pueden complicarse y evolucionar hacia trastornos depresivos más severos y duraderos.

Depresión como enfermedad

No todas las formas de tristeza indican una enfermedad. La tristeza que surge como respuesta a situaciones estresantes (como la pérdida de un trabajo, una ruptura amorosa, o un duelo) y que no alcanza la intensidad ni la gravedad de las depresiones patológicas no se considera una enfermedad. La tristeza en las personas con depresión mayor es diferente de la tristeza normal; es más intensa y se relaciona con sensaciones en el cuerpo. Las personas con depresión a menudo tienen dificultades para explicarla y a veces la perciben como si hubiera estado presente en su cuerpo durante mucho tiempo y se hubiera despertado de repente por alguna razón desconocida. La tristeza en la depresión mayor representa un cambio drástico en el estado de ánimo habitual de la persona.

Tanto la depresión unipolar (trastorno depresivo mayor) como la depresión bipolar están relacionadas con anomalías biológicas que posiblemente tienen una base genética. Aunque aún no se ha demostrado si estas alteraciones biológicas son la causa subyacente de los trastornos o si predisponen a las personas a desarrollarlos.

¿Cómo se manifiesta la depresión?

Los síntomas de la depresión pueden clasificarse en las siguientes categorías:

  • Síntomas anímicos: La tristeza es el síntoma más evidente, aunque también puede haber irritabilidad, sensación de vacío o nerviosismo. La tristeza en las personas con depresión es diferente de la que se experimenta en respuesta a situaciones negativas de la vida, como el duelo, las rupturas, los fracasos, etc. Es más intensa, difícil de explicar y a menudo se percibe como una sensación física en el cuerpo.

  • Síntomas motivacionales y conductuales: Esto incluye la inhibición, la apatía, dificultades para expresar emociones (alexitimia), dificultades para experimentar placer (anhedonia) y problemas para tomar decisiones cotidianas. En casos graves, la inhibición puede llegar a manifestarse como lentitud en el habla y en el comportamiento (retardo psicomotor) o incluso en mutismo y parálisis motora en casos muy severos (estupor depresivo).

  • Síntomas cognitivos: La depresión puede alterar la memoria, la atención y la concentración. Además, las personas con depresión pueden experimentar pensamientos negativos sobre sí mismas, su entorno y su futuro, e incluso ideaciones suicidas.

  • Síntomas físicos: Los problemas más comunes se relacionan con la alimentación, el sueño y la función sexual.

  • Síntomas interpersonales: La tendencia al aislamiento y el rechazo son síntomas sociales frecuentes en la depresión.

Otros trastornos depresivos

Existen otros trastornos depresivos que son menos definidos pero aún identificables. Algunos de ellos incluyen:

  • Trastorno depresivo menor: Se trata de una forma más leve de depresión mayor que no necesariamente está relacionada con factores estresantes.

  • Trastorno depresivo breve recidivante: Se caracteriza por episodios muy breves de depresión mayor que se repiten a lo largo del tiempo.

  • Trastorno disfórico premenstrual: Conocido como síndrome premenstrual, este trastorno se caracteriza por la presencia de síntomas depresivos, ansiedad, cambios bruscos de humor y pérdida de interés en las actividades durante la última semana del ciclo menstrual de la mujer. Estos síntomas desaparecen después de la menstruación. Aunque la mayoría de las mujeres experimenta fluctuaciones leves en el estado de ánimo antes de la menstruación, solo un pequeño porcentaje sufre síntomas depresivos lo suficientemente intensos como para interferir significativamente en su vida social y laboral en la mayoría de los ciclos menstruales.

Tratamiento

El tratamiento de la depresión puede involucrar diversas técnicas, dependiendo de la gravedad y las necesidades individuales de cada persona:

  • Las técnicas psicoterapéuticas más comunes incluyen la terapia de apoyo, las terapias breves de orientación psicoanalítica y las terapias de orientación cognitivo-conductual. En algunos casos, se pueden utilizar terapias específicas como la terapia grupal, de familia o de pareja cuando las relaciones interpersonales, familiares o conyugales juegan un papel importante en la depresión.

  • El tratamiento puede combinar la terapia con medicamentos (terapia farmacológica) para lograr una mayor eficacia. La elección de las técnicas de tratamiento debe basarse en un diagnóstico adecuado y criterios técnicos.

  • Es esencial que los terapeutas brinden información básica sobre el trastorno, su tratamiento y su pronóstico a las personas con depresión y a sus familias.

  • En casos de ideas o tentativas suicidas, es crucial abordar estas preocupaciones con franqueza y tacto, tanto para los familiares como para los profesionales de la salud, con el fin de proporcionar la atención adecuada.

  • La prevención de los trastornos depresivos implica modificar situaciones o factores de riesgo, y es particularmente importante en situaciones de duelo o cuando existen ideas suicidas.

  • En la mayoría de los casos, la depresión es tratable, aunque pueden ocurrir recaídas que requieran un tratamiento preventivo.

Intervención

La intervención en la depresión puede incluir:

  • Evaluar y abordar el riesgo de suicidio.

  • Mejorar el estado de ánimo.

  • Aumentar la participación en actividades.

  • Modificar factores estresantes en el entorno.

 

Trastorno de depresión mayor

A. Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento previo; al menos uno de los síntomas es (1) estado de ánimo deprimido o (2) pérdida de interés o de placer.
Nota: No incluir síntomas que se pueden atribuir claramente a otra afección médica.


1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, según se desprende de la información subjetiva (p. ej., se siente triste, vacío, sin esperanza) o de la observación por parte de otras personas (p. ej., se le ve lloroso). (Nota: En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.)

2. Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días (como se desprende de la información subjetiva o de la observación).

3. Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p. ej., modificación de más del 5% del peso corporal en un mes) o disminución o aumento del apetito casi todos los días. (Nota: En los niños, considerar el fracaso para el aumento de peso esperado.)

4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días.

5. Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte de otros; no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o de enlentecimiento).

6. Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.

7. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo).

8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días (a partir de la información subjetiva o de la observación
personas).

9. Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.

B. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

C. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o de otra afección médica.

Nota: Los Criterios A–C constituyen un episodio de depresión mayor.

Nota: Las respuestas a una pérdida significativa (p. ej., duelo, ruina económica, pérdidas debidas a una catástrofe natural, una enfermedad o discapacidad grave) pueden incluir el sentimiento de tristeza intensa, rumiación acerca de la pérdida, insomnio, pérdida del apetito y pérdida de peso que figuran en el Criterio A, y pueden simular un episodio depresivo. Aunque estos síntomas pueden ser comprensibles o considerarse apropiados a la pérdida, también se debería pensar atentamente en la presencia de un episodio de depresión mayor además de la respuesta normal a una pérdida significativa.
Esta decisión requiere inevitablemente el criterio clínico basado en la historia del individuo y en las normas culturales para la expresión del malestar en el contexto de la pérdida.1

D. El episodio de depresión mayor no se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, trastorno delirante, u otro trastorno especificado o no especificado del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

E. Nunca ha habido un episodio maníaco o hipomaníaco.

Nota: Esta exclusión no se aplica si todos los episodios de tipo maníaco o hipomaníaco son inducidos por sustancias o se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de otra afección médica.

Procedimientos de codificación y registro

El código diagnóstico del trastorno de depresión mayor se basa en si es un episodio único o recurrente, la gravedad actual, la presencia de características psicóticas y el estado de remisión. La gravedad actual y las características psicóticas sólo están indicadas si se cumplen actualmente todos los criterios para un episodio de depresión mayor. Los especificadores de remisión sólo están indicados si actualmente no se cumplen todos los criterios para un episodio de depresión mayor.

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