¿Cómo medimos el impacto emocional de los grandes cambios en nuestra vida? ¿Es igual perder un trabajo en Madrid que en Nueva York? ¿Un divorcio en los años 80 que en 2025?
Estas preguntas nos llevan a una fascinante travesía en la historia de la psicología clínica española, donde la medición del estrés vital ha evolucionado como un espejo de nuestros cambios sociales y culturales.
Los pioneros: Holmes y Rahe y la idea de medir el cambio vital
En 1967, Thomas Holmes y Richard Rahe propusieron que el estrés no solo era una respuesta emocional, sino también una carga acumulativa de reajustes vitales. Crearon así la famosa Social Readjustment Rating Scale (SRRS), donde diferentes eventos de la vida (una mudanza, un despido, un embarazo) recibían puntuaciones según su impacto en la salud.
Puedes descargar la escala original de Holmes y Rahe aquí
Su intuición fue revolucionaria: cuantos más cambios importantes vivía una persona en un corto periodo, mayor era el riesgo de enfermar.
Sin embargo, el primer límite de esta escala era evidente: fue creada para población norteamericana de mediados del siglo XX. ¿Podría aplicarse igual en España? La respuesta pronto demostró que no.
1983: La primera gran adaptación española
José Luis González de Rivera y Armando Morera Fumero publicaron en 1983 una adaptación española de la SRRS, basada en la valoración de 397 personas de Tenerife.
Su Escala Española de Sucesos Vitales (ESV) trajo consigo hallazgos fundamentales:
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Diferencias claras en la percepción del estrés de varios acontecimientos respecto a los valores originales de Holmes y Rahe.
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Identificación de "ítems culturales" (sucesos con alta unanimidad en su impacto) y "ítems individuales" (sucesos con valoraciones dispersas).
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Reflexión sobre la necesidad de construir herramientas psicométricas sensibles al contexto cultural.
Algunos resultados destacados de su escala:
Acontecimiento | Valor medio (sobre 100) |
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Muerte del cónyuge | 92 |
Problema legal grave | 84 |
Quedarse sin trabajo | 82 |
Despido | 81 |
Muerte de un familiar cercano | 73 |
Enfermedad prolongada | 73 |
Vacaciones fuera de casa | 48 |
¿Vacaciones estresantes?
Sí: en Canarias de los años 80, unas vacaciones implicaban gastos, desplazamientos complicados y ruptura de rutinas familiares muy consolidadas. Algo que, culturalmente, generaba ansiedad más que relax.
La gran enseñanza:
El estrés no depende solo del acontecimiento, sino de cómo lo vive una cultura.
Puedes descargar la escala original de Gonzalez de Rivera y Morera aquí
Adaptaciones posteriores: ampliando la mirada
Tras el trabajo de González de Rivera y Morera, surgieron nuevas adaptaciones y revisiones para mejorar la medición del estrés en el contexto español:
1. Sandín y Chorot (1987)
Desarrollaron el Inventario de Acontecimientos Vitales Estresantes (EAE), buscando superar algunas limitaciones de la SRRS original, como:
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Mayor especificidad: diferenciaron entre eventos deseados y no deseados.
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Medición de la frecuencia y del impacto percibido por el propio individuo.
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Introdujeron una escala de evaluación subjetiva, permitiendo valorar no solo la ocurrencia, sino también el grado de malestar o bienestar generado.
Aportación clave: el EAE abrió la puerta a entender que no todos los cambios vitales son negativos, y que la valoración personal es crucial para medir el estrés.
Puedes descargar la escala original de Sandin y Chorot aquí
2. Fernández y Mielgo (1992)
Propusieron una nueva versión del Life Events Inventory adaptada a la cultura española:
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Basada en sucesos más frecuentes en la sociedad española de los años 90.
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Introdujeron ajustes lingüísticos y conceptuales para asegurar la comprensión.
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Evaluaron las propiedades psicométricas del instrumento en una muestra amplia.
Aportación clave: subrayaron la necesidad de actualizar periódicamente las escalas, debido a los cambios sociales acelerados en España durante las décadas de los 80 y 90.
Puedes descargar la escala original de Fernández y Mielgo aquí
3. Gracia y Herrero (2004)
Trabajaron desde una perspectiva socio-ecológica, en la que los sucesos vitales se entienden dentro de:
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Redes de apoyo social
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Contexto comunitario
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Estrés acumulativo
Elaboraron una escala de eventos vitales que evaluaba no solo la ocurrencia del evento, sino también:
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El impacto emocional subjetivo
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La disponibilidad de apoyo social
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La percepción de control personal frente al suceso
Aportación clave: destacaron la importancia del apoyo social y la percepción de control como moderadores fundamentales del impacto del estrés.
Puedes descargar la escala original de Gracia y Herrero aquí
4. Motrico et al. (2013)
Realizaron una revisión sistemática de escalas de evaluación de acontecimientos vitales estresantes en población española adulta:
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Identificaron múltiples instrumentos adaptados, pero encontraron falta de información psicométrica en muchos de ellos.
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Señalaron que la mayoría de escalas no diferenciaba adecuadamente entre eventos positivos y negativos.
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Propusieron criterios de calidad para el desarrollo de futuras herramientas.
Aportación clave: reclamaron una validación rigurosa de los instrumentos, prestando atención a la fiabilidad, la validez transcultural y la actualización continua de los ítems evaluados.
El estrés vital hoy: ¿qué habría que actualizar?
En 2025, sería esencial revisar la escala incorporando nuevos tipos de acontecimientos vitales relevantes:
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Ciberacoso o daño a la reputación online.
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Pérdida de acceso a redes digitales esenciales (problemas tecnológicos prolongados).
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Pandemias o confinamientos.
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Migraciones forzadas por cambio climático.
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Inestabilidad laboral crónica y precariedad.
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Crisis de vivienda y dificultad de emancipación.
Y también valorar dimensiones que hoy son fundamentales:
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Impacto percibido (positivo, neutro o negativo).
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Nivel de control personal percibido.
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Presencia o ausencia de apoyo social efectivo.
Conclusión: medir el estrés es comprender a la sociedad
Desde Holmes y Rahe hasta las adaptaciones de González de Rivera, Sandín, Fernández, Gracia y Motrico, el viaje de la medición del estrés vital en España nos enseña una lección profunda:
El estrés no es solo una reacción biológica. Es un diálogo entre el individuo, su cultura, sus recursos, su tiempo histórico y su red de apoyo.
Medirlo bien es entender cómo vivimos los seres humanos los cambios que nos transforman.
Actualizar las escalas no es un mero formalismo académico: es un acto de respeto hacia la realidad emocional de las personas.
En definitiva, conocer qué nos estresa hoy es también conocer quiénes somos hoy.
Bibliografía
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González de Rivera, J. L., & Morera, A. L. (1983).
La valoración de sucesos vitales: Adaptación española de la escala de Holmes y Rahe. Psiquis, 4(1), 7-11. -
Holmes, T. H., & Rahe, R. H. (1967).
The Social Readjustment Rating Scale. Journal of Psychosomatic Research, 11(2), 213–218. -
Sandín, B., & Chorot, P. (1987).
Inventario de acontecimientos vitales: Propiedades psicométricas y datos normativos. Revista de Psicología General y Aplicada, 42(3), 439-458. -
Fernández, J., & Mielgo, J. (1992).
Adaptación española del Life Events Inventory: Un instrumento de medida del estrés. Revista de Psicología de la Salud, 4(2), 31-47. -
Gracia, E., & Herrero, J. (2004).
Eventos vitales, apoyo social y ajuste psicológico. Psicothema, 16(3), 425-430. -
Motrico, E., Moreno-Küstner, B., Gil de Montes, L., et al. (2013).
Instrumentos de evaluación de acontecimientos vitales estresantes en población adulta española: Una revisión sistemática. Clínica y Salud, 24(1), 23-34.
Autor: Psicólogo Ignacio Calvo