
En este segundo artículo sobre las claves para superar una ruptura de pareja, vamos a centrarnos en los factores que influyen en la recuperación y también vamos a incidir en cómo identificar si la ruptura está superada o si aún quedan heridas abiertas. ¡Vamos allá!

Las rupturas amorosas suelen ser experiencias profundamente dolorosas. Perder a una pareja con la que se han compartido momentos, sueños y afecto representa una pérdida significativa, por lo que es normal atravesar un duelo emocional similar al que ocurre ante otras pérdidas importantes. Quien enfrenta el fin de una relación puede sentirse sumido en una montaña rusa de emociones intensas –tristeza, rabia, miedo, confusión– y pensar que nunca saldrá adelante. Habitualmente vemos estas situaciones en nuestra consulta de psicoterapia. Sin embargo, desde la Psicología es posible enfocar una serie de claves que pueden ayudar a comprender y superar este proceso de la forma más saludable posible. En este primer artículo vamos a explora qué ocurre durante el duelo por la ruptura y cuáles son las reacciones habituales. Veamos pues la primera entrega de nuestras claves para superar una ruptura de pareja.

La depresión puede generar un círculo vicioso donde la falta de energía y motivación lleva a reducir actividades gratificantes, lo que a su vez profundiza el estado depresivo. La activación conductual es una estrategia terapéutica basada en la idea de que nuestras acciones influyen en nuestro estado de ánimo y que, al aumentar la cantidad de actividades significativas, podemos mejorar nuestro bienestar emocional.
Leer más: Estrategias de Activación Conductual para la Depresión

Imagina que tu corazón es como el director de una orquesta. Cada latido, un músico. Si la música es rígida y monótona, sin cambios en el ritmo, suena mecánica, sin alma. Pero si la orquesta es flexible, si hay pausas, matices, variaciones… la música fluye con vida. Así funciona nuestro sistema nervioso: cuando tiene buena "variabilidad de la frecuencia cardíaca" (VFC), responde con fluidez a lo que la vida le pide.
Leer más: Cómo la variabilidad de la frecuencia cardíaca nos ayuda a sanar el trauma

El cuerpo y la mente están profundamente entrelazados en la regulación de nuestra experiencia y conducta. A lo largo de la evolución, hemos desarrollado distintos sistemas de acción psicobiológicos, que organizan nuestras respuestas ante el mundo. Cuando estos sistemas funcionan de manera fluida y adaptativa, nos permiten interactuar con el entorno de forma efectiva. Sin embargo, cuando se bloquean, se fragmentan o entran en conflicto, pueden dar lugar a síntomas psicológicos y psicosomáticos.

La sexualidad humana destaca por ser una faceta de una gran sensibilidad y, cualquier problema o dificultad en algún área de la vida puede afectar a la vida sexual. Tanto hombres como mujeres pueden experimentar una gran variedad de problemas sexuales, que pueden ir desde la dificultad para sentir el deseo y la excitación, pasando por el dolor hasta la dificultad para experimentar placer y orgasmos.
La vivencia de un problema sexual es una experiencia compleja, pues a menudo esta situación no solamente afecta a la persona que la padece, sino también a su pareja. Es posible abordar el problema a través de una terapia individual y a través de la terapia de pareja, para analizar qué otros factores de la relación pueden estar influyendo. En cualquier caso, estas situaciones suelen producir sentimientos de vergüenza por lo que es habitual que cueste buscar ayuda en estos casos. Vamos a ver los principales problemas sexuales y su impacto en la pareja.

Hablar en público es una habilidad fundamental en muchos aspectos de la vida, ya sea en el trabajo, en eventos sociales o en la educación. Sin embargo, para muchas personas, enfrentarse a una audiencia puede generar ansiedad intensa, lo que limita su capacidad para expresarse con confianza.
El miedo a hablar en público, conocido como glosofobia, es una de las fobias sociales más comunes y puede afectar a personas de todas las edades y profesiones. Afortunadamente, este temor no es una barrera insuperable. Con práctica, preparación y estrategias adecuadas, es posible convertir el nerviosismo en seguridad y transmitir un mensaje con claridad y convicción.

El estrés es una respuesta natural de nuestro organismo ante situaciones que percibimos como desafiantes o amenazantes. En pequeñas dosis, puede ser útil para mejorar nuestra atención y rendimiento, pero cuando se vuelve crónico o demasiado intenso, puede afectar de manera significativa nuestra salud, especialmente nuestras capacidades cognitivas.
Uno de los principales efectos del estrés prolongado es su impacto en la memoria. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo afecta al cerebro? ¿Existen maneras de contrarrestar sus efectos? En este artículo, exploraremos cómo el estrés puede dañar nuestra memoria a corto y largo plazo, y qué estrategias podemos adoptar para proteger nuestra función cognitiva.

Los acúfenos, también conocidos como tinnitus, son una percepción de zumbidos, pitidos u otros sonidos en los oídos sin una fuente externa de sonido. Se estima que afectan a entre el 10% y el 15% de la población, y aunque para muchos no suponen un problema grave, en algunos casos pueden generar estrés, ansiedad, insomnio y deterioro en la calidad de vida.
Si bien no existe una cura definitiva para el tinnitus, la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser una de las estrategias más efectivas para reducir su impacto emocional y mejorar la adaptación del paciente. En este artículo, exploraremos en profundidad cómo la TCC puede ayudar a modificar la percepción del acúfeno y facilitar la habituación, permitiendo a quienes lo padecen recuperar el bienestar y la tranquilidad.
Leer más: Terapia Cognitivo-Conductual para el Tratamiento de los Acúfenos - Tinnitus

Imagina esto: estás sentado en el avión, cinturón abrochado, el piloto anuncia el despegue y, de repente, tu corazón se acelera como si estuvieras en una película de acción. Empiezas a sentir un calor extraño, te sudan las manos y tu cerebro entra en modo catástrofe. ¿Y si el avión se cae? ¿Y si hay turbulencias horribles? ¿Y si me da un ataque de pánico en pleno vuelo?
Si esto te suena familiar, no estás solo. El miedo a volar es real, incómodo y, en algunos casos, completamente paralizante. Pero aquí viene la buena noticia: no es algo que tenga que quedarse contigo para siempre. Se puede entrenar la mente para que, en lugar de ver un avión como una amenaza mortal, lo vea como lo que realmente es: un medio de transporte increíblemente seguro que te lleva a lugares fascinantes.
Leer más: Cómo Superar el Miedo a Volar y No Morir en el Intento

Las extrasístoles cardíacas son latidos adicionales o irregulares que se presentan fuera del ritmo normal del corazón. Se sienten como un salto, una pausa, un vuelco o un latido especialmente fuerte. A pesar de que son comunes y, en la mayoría de los casos, benignas, muchas personas experimentan una gran ansiedad al notarlas, generando un círculo vicioso entre los síntomas físicos y la respuesta emocional.

En un mundo donde la productividad se ha convertido en la medida del valor personal, muchas personas viven con el estrés como si fuera una segunda piel. Hasta que un día, el cuerpo dice "basta". La falta de menstruación —ese reloj biológico tan íntimo y misterioso— es una de las señales más claras de que algo en el sistema está desajustado. Y no es un fallo ni una casualidad: es un mensaje.
“No es un buen momento para traer una nueva vida al mundo. Primero tenemos que sobrevivir.”Leer más: Estrés crónico y falta de menstruación (amenorrea)

El lenguaje es una de las herramientas más poderosas que poseemos. Con él construimos puentes, tejemos vínculos y transmitimos el amor que sentimos. Pero también puede ser un arma que hiere, que deja cicatrices invisibles en la psique de un niño. A veces, sin darnos cuenta, pronunciamos frases que, lejos de educar o corregir, activan mecanismos profundos de defensa, erosionan su autoconcepto y siembran inseguridades que pueden acompañarle durante años. Veamos cuáles son las frases que hieren a nuestros hijos.

La soledad es una experiencia silenciosa. Se cuela en la vida sin pedir permiso, a veces sin que nos demos cuenta. No hace ruido, pero pesa. Pesa en el pecho, en la garganta, en los pensamientos que no encuentran salida. Puede atraparnos en la madrugada, cuando el insomnio nos convierte en prisioneros de nuestra propia mente, o en plena multitud, en una conversación donde nadie nos ve realmente. La soledad no llega con estruendo, llega con susurros. En los mensajes sin respuesta, en las conversaciones donde nadie realmente escucha. No necesita anunciarse, simplemente se instala y se convierte en parte de tu sombra

Imagina esto: llegas a casa después de un día agotador. Reuniones, correos, mensajes urgentes, el tráfico... Todo te ha exprimido la energía como una esponja. Te desplomas en el sofá y, cuando tu pareja insinúa algo más que ver una serie, tu cuerpo responde con un rotundo "hoy no". No es que no quieras, es que simplemente no puedes.

Vivimos en un mundo donde el estrés se ha convertido en una moneda de cambio cotidiana. Para muchos, la presión del trabajo, las responsabilidades familiares o las incertidumbres económicas son parte de la vida. Sin embargo, cuando esta tensión se mantiene en el tiempo, sin respiro ni recuperación, se transforma en estrés crónico, una fuerza invisible que desgasta la mente y el cuerpo.
La relación entre el estrés crónico y la depresión ha sido ampliamente estudiada en neurociencia y psicología clínica. No se trata simplemente de que "el estrés nos pone tristes", sino de un mecanismo complejo donde el sistema nervioso, las hormonas y los circuitos cerebrales sufren un deterioro progresivo. Como bien explica Robert Sapolsky, uno de los mayores expertos en el tema, el estrés crónico altera la biología del cerebro y puede desencadenar o agravar la depresión.
Pero, ¿cómo ocurre esto exactamente? ¿Por qué algunas personas bajo un estrés constante desarrollan depresión mientras que otras parecen resistir? Vamos a explorar en detalle qué es el estrés crónico y cuáles son los mecanismos psicofisiológicos y psicológicos que explican su vínculo con la depresión.

Nuestra mente es una máquina de generar pensamientos. A lo largo del día, surgen ideas, recuerdos, preocupaciones y juicios sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. A veces, estos pensamientos son útiles y nos ayudan a resolver problemas, pero en otras ocasiones nos atrapan en patrones rígidos que generan sufrimiento.
Leer más: Defusión Cognitiva: Qué es y 10 Técnicas para Practicarla

La expresión emocional es una de las piedras angulares de una relación de pareja saludable. No se trata solo de compartir sentimientos positivos, sino también de poder comunicar el malestar, los miedos y las inseguridades de manera efectiva y constructiva. Sin embargo, muchas parejas encuentran dificultades para expresar sus emociones de manera clara y sin generar conflictos innecesarios. En este artículo, exploraremos estrategias prácticas para mejorar la expresión emocional en la pareja y fortalecer la conexión afectiva.
Leer más: Mejorando la Expresión Emocional en la Relación de Pareja

Comprendiendo el TOC de comprobación
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y no deseadas que generan un alto nivel de angustia. Las compulsiones son comportamientos repetitivos o actos mentales que la persona siente la necesidad de realizar para reducir la ansiedad causada por las obsesiones.

La neurobiología del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) ha revelado alteraciones específicas en el funcionamiento del tálamo, una región del cerebro esencial para la integración de procesos sensoriales, cognitivos y de memoria. El EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) ha surgido como un enfoque terapéutico efectivo para tratar las disfunciones causadas por el TEPT. Su intervención se basa en la estimulación bilateral, que activa áreas específicas del cerebro, incluyendo núcleos del tálamo, facilitando la reparación e integración de funciones alteradas. En este artículo repasaremos cuál es la neurobiología del EMDR.